miércoles, 26 de septiembre de 2007

El Gran Olvido

La historia se sitúa en una mano o en una reja. Pero la reja queda olvidada cuando se da cuenta que lo único que tiene para decir es cuadrado y repetitivo. Y como siempre cuando les das la mano te toman el codo; el problema es como darle la mano a una mano, si ya sé que todos tenemos dos manos, bueno menos mi primo Bryan que la perdió cuando estaba parando el bondi, sin darse cuenta de que estaba en el aeródromo de Palomar en medio de una demostración de vuelo a baja altura de prototipos k-41 con hélices fabricadas con cuchillos tramontina, que eran los que iban a mandar a Malvinas; el problema fue que no hubo arreglo con el sponsor; Tramontina creía que la guerra, la infamia, la injusticia y la violación de todos los derechos humanos se relacionaban fielmente con un sector privilegiado y acomodado de la sociedad, pero que su target era más amplio; por lo tanto no pusieron la tarasca y así arreglaron con los franceses.
Se dice que el trato fue más o menos así. Los franchutes nos daban prácticamente por algunas monedas un par de aviones de ultimísima generación y nosotros accedíamos a tirar mensajes subliminales en todos los comerciales de perfumes; es por eso que este tipo de comerciales no comunican absolutamente nada, pero apenas terminan se nos vienen esas irrefrenables ganas de comer baguette. Investigando profundamente me enteré que la producción de perfumes da pérdida pero es solventada por un holding (en el cual Macri, Pergolini y Sofovich ya tienen acciones) presidido por Jean Pier Baguette, quien cobra cinco centavos por cada gran pan aflautado que se vende en el mundo; de este mismo lugar es de donde sale el dinero para contratar a esas hermosas señoritas (no es casualidad que todas tengan apellido francés) que nos entregan ese cartoncito con perfume por la calle, el cual olemos una, dos, tres veces y nos encontramos con una bolsita de madera alargada con un cuerpo de cristo fálico adentro (lo cual me deja pensando en que parte sería del cuerpo de cristo y si esto confirma el mito de que Jesús fue el primer judío negro). Pero no sería la primera vez que utilizan un pequeño pedazo de cartón para un propósito de este estilo, o acaso no existió ese famoso, que después de darle unas lengüeteaditas o mirarlo muy de cerca terminabas comprándote toda la discografía de Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jaime Ross.
Lo loco de ese negrito, Hendrix, era que a pesar de ser sucio y tener un muy mal gusto para vestirse se empomaba a cuanta minita con flores en la cabeza pasaba. Y lo de la pilcha me preocupa un poco porque lo que se ponía el tipín, acá lo encontrás en una cualquier feria americana pero allá ¿donde la conseguía?, ¿existían unas tiendas llenas de ropa sucia y mohosa que se llamaban feria de acá?.
En cambio el que sí tiene buen gusto para vestirse es Marilyn Manson, eso es sobriedad; el otro día vi en el programa de Chiche que, él solo, representa el cincuenta por ciento de compradores de hilo para coser color negro, eso demuestra que es un tipo que sabe lo que quiere. Como mi primo Jony que dijo: “yo no soy como ustedes: cerdos burgueses que se conforman con su impávida ignorancia. Yo voy viajar por el mundo pregonando palabras socialistas de igualdad y justicia” y ahora viaja por la ciudad pegando afiches para el pelado con onda.
Nunca lo entendí mucho a ese pelado, todo el mundo le decía que iba a perder, que se iba a pudrir en el sótano donde tiran a todos los cadáveres políticos (como De La Rua, Menem, toda la U.C.R y Moria Casán) y el pascual seguía sonriendo como muñequito de torta que en vez de tener una esposa al lado estaba abrazado a dos brasileras vestidas de carnaval y una botella de whisky en la mano. El problema con las brasileras es que están tan buenas que después no querés volver a tu casa; que es básicamente el mismo problema que tiene el whisky.
Y problemas hay un montón. Mi primo Gonza, por ejemplo, es lampiño de nacimiento, que no es lo mismo que ser lampiño de depilación definitiva que se los reconoce fácilmente porque en pleno julio con granizo y crisis energética andan por todos lados en sunga. El problema fue que Gonza fue contentísimo a afiliarse al Pro y le dijeron que si bien podían perdonar que no tenga empresas fraudulentas, una propiedad en Barrio Parque y sea una persona honesta, no podían permitir que un miembro de la Propuesta Republicana no tenga bigotes. A lo que mi primo contestó que en el kiosco donde atendía no da factura cuando le compran chicles, que durmió un tiempo en la caseta de vigilancia que estaba en la esquina de Ortiz de Ocampo y Zenteno, que se hacía el dormido para no darles el asiento a las viejas y que tenía un abundante bigote pero al ser rubio y ser de día no se notaba. A lo que terminaron de responder para denegar su afiliación, haciendo caso omiso a los requisitos anteriores, que el supuesto bigote era simplemente una pelusa y que eso no era el espacio que está entre la nariz y los labios sino que era el ombligo.
Al que si no le piden requisitos nunca es al Burrito Ortega. Es casi vergonzoso que lo dejen jugar al fútbol a ese, y digo casi porque sería peor como equilibrista en el Cirque du Solei. El otro día se enojó con un periodista que le dijo que se pasaba de grasa con esos botines amarillos, a lo que el futbolista contesto con su característico tono “damajuanero”: “Que te pasha gil, no ves que le hago un bien a la causa. Mal están los que usan botines negros y blancos y después nos sacan la roja porque le pegamos pensando que es la pelota”. Parece que la AFA no lo entiende y le deja seguir jugando en ese estado. Tengo un primo, Fernandito, que juega en la tercera de River y me cuenta que el otro día, el burrito, salió corriendo del entrenamiento a anotarse en el equipo de Water Polo cuando se enteró que el de mantenimiento le ponía tanto cloro a la pileta que después de tirarte de palito y hacer un largo de mariposa salías cantando “Dios está aquí” en versión heavy metal. Claro pero el burro que la pisa y la amasa en esta cancha tuvo que tirarse del Trampolín de diez metros, caer de panzazo, y nadar cuatrocientos metros de crol respirando una sola vez por vuelta, a lo que el efecto no se hizo esperar y utilizando un flota-flota como micrófono cantó “I lari lari le” satánico en versión cuartetera.
Lo más divertido del asunto es que mi vieja después de leer esto, me dijo: igual yo hubiese preferido escuchar la historia de la reja, que es cuadrada y repetitiva pero por lo menos la entiendo”.

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